¿Qué sabemos de los alcoholes?, de esas maravillosas bebidas que nos alegran la vida a tantos?. Pues en este primer capítulo tratamos de su origen y tenemos que decir que principalmente están unidos a la alquimia (en lo que a su origen se
refiere).
Decían los filósofos que el hombre no posee en sí mismo el
principio de la medicina. Debe, pues, buscarlo en la naturaleza,
extraerlo y tratarlo. Lo mismo ocurre con esta «panacea
universal», y la gran Obra consiste en hacer de este oro el
medicamento de los tres reinos; aplicado al cuerpo humano es el
licor de inmortalidad o «elixir de larga vida». En esta disciplina se mezclaba tanto lo filosófico y
especulativo, como lo puramente práctico que daría origen a la ciencia
química. Todo ello está rodeado del secreto de los brujos, las
actividades misteriosas y los personajes curiosos.

Parece que el origen de la destilación
está en Egipto. De hecho se conserva un manuscrito con referencias a
los trabajos que realizaba una tal María la Egipcia (dicen que a ella se
debe el "invento" del baño maría). En Alejandría, durante la primera
época del cristianismo se produce un avance en todos los métodos que
tienen que ver con estos procesos de destilación,
aunque ya a finales del siglo III Zósimo el Alquimista había dejado
constancia por escrito de sus trabajos en los que se incluía la figura
de un alambique. Luego llegarían las conquistas árabes, y de la mano de ellos la destilación, o al menos los conocimientos que en torno a ella se tenían en aquel momento, pasó a Europa. Los árabes destilaban vinos para obtener alcoholes. Lo de alcohol, vendría precisamente de kohol,
que era un preparado, destilado y perfumado, conseguido mediante la
trituración de minerales y se utilizaba entre las mujeres de los harenes
con finalidades más bien cosméticas. Entre tanto, en Córdoba, capital
cultural de la época, andaban en la destilación del agua de rosas y
otras flores para obtener perfumes.
Estas técnicas fueron perfeccionadas por dos personajes, Aranau de
Vilanova y Raimundo Lulio, discípulo suyo, que en los testimonios
escritos que se conservan denominaban al vino como acqua vitae, en cuanto que, creían ellos, el líquido que eran capaces de extraer destilando vino, seguramente procedería de la mismísima Divinidad.
Mientras andaban en ésas, en los monasterios la Edad Media fue
escenario de muchos experimentos al respecto. Cierto
es que los monjes trataban de encontrar esencias mágicas con fines
puramente curativos, con aplicaciones medicinales, claro. Estos
experimentos son el origen de los elixires. Ocurría sin embargo que la
técnica era un poco rudimentaria, y el resultado no constituía algo
particularmente grato de ser degustado. Vaya, que en general sabía a
rayos. Entonces, para mejorar el sabor comenzaron a aromatizar sus
brebajes con flores y frutas maceradas. Claro, que mira tú por dónde,
ése fue justamente el motivo por el que, según cuentan, los licores
gozaron de gran éxito en la Italia renacentista y en la corte francesa
durante los siglos XVII y XVIII.
Durante el Renacimiento, por ejemplo, se hizo muy popular el rosoli, elaborado por la maceración de pétalos de rosa con miel.
Es el que tiene un menor grado alcohólico y en su origen (quién sabe si
por su escasez en alcohol, o por estar elaborado a partir de flores, o
por ambas cosas) se destinaba a las mujeres, que amenizaban sus
conversaciones con él.
Las propiedades curativas de los licores siempre gozaron de gran
predicamento; así, se cuenta por ejemplo que el primer licor digestivo
de hierbas fue creado por el médico de la corte de Luis XIV para aliviar
sus sufrimientos. Esta es una de las teorías. Hay otra que apunta hacia
la cuestión económica como origen de todo esto. Puesto que la
elaboración de licores por destilación era muy costosa, se vio que
macerando frutas o flores el efecto obtenido era, además de barato, de
agradable sabor.
En cualquier caso, el transcurso del tiempo trajo consigo
innovaciones en los tratamientos del alcohol, y a finales del XIX
sucedió que Edouard Adam inventó el sistema para rectificar alcoholes,
sometiéndolos a una segunda destilación que comportaba nada menos que la
eliminación del mal sabor.
Todo un hallazgo sin duda asi que la fabricación seguirá siendo todo un descubrimiento, un aparecer y desaparecer de sabores e incluso de vidas...unas que se encuentran y otras que quedan sumisas en la miseria por culpa de estas espirituosas.
En lo que respecta a la tierra que ha visto nacer nuestros licores. Su consumo y elaboración se vinculan al propio espíritu gallego y
están documentados ya desde el siglo XVII, pero las últimas tendencias
demuestran que tradición e innovación no están reñidas cuando se habla
del orujo gallego. En sobres monodosis, con los sabores más variopintos o
en cóctel, siguen siendo epílogo al café de sobremesa o prólogo de la
primera copa, pero con una imagen más actual. Tendencias a las que desde Keltium Spirits y gracias a la creación y diseño de nuestras dos marcas "O Carallazo" y "Arre Carallo" no estamos dispuestos a renunciar, a la evolución y al desarrollo tanto de las fórmulas más tradicionales como nuestro Licor de Guinda "Las Rias 2012" así como las ultimas tendencisa de esta última década como la Crema de Licor (antes Crema de Orujo) y la Crema de Chocolate con cerezas.
El Consejo Regulador de las Indicaciones Geográficas Aguardientes y Licores Tradicionales de Galicia tan sólo reconoce como variedades protegidas el orujo de Galicia, la aguardiente de hierbas, el licor de hierbas y el licor café. Pero la mayoría de las bodegas han optado por diversificar el mercado con nuevos productos derivados, que van desde las cremas de café jamaicano o de chocolate con cerezas a los licores de limón, mora o naranja.
Un grupo muy importante es el de los escritores, hopy dedicaremos este capítulo de historia a algunos necesitan o necesitaron estímulos para derrotar a la imponente hoja en
blanco. Para muchos, las palabras estancadas fluyen gracias a un
lubricante llamado alcohol.
El licor y la literatura
En la historia de la literatura, varios
escritores han sido aficionados a los licores y al alcohol en general. A continuación algunos de
ellos:
Ernest Hemingway
El autor de For Whom the Bells Tolls
es un buen ejemplo de que el talento, no se puede ahogar en litros y
litros de alcohol. Este escritor norteamericano ganó el premio Nobel en
1954.
Tal vez Hemigway debía su alcoholismo a haber vivido en carne
propia los horrores de la Primera Guerra Mundial, la Guerra Civil
Española y la Segunda Guerra Mundial, entre otros conflictos bélicos, o
tal vez sólo le gustaba el sabor de la bebida.
Hemingway es autor de la frase “Escribe borracho. Edita sobrio”.
Hunter S. Thompson
Hunter S. Thompson no sólo fue
un excelente escritor alcóholico sino que fundó todo un género
periodístico bajo el alcohol y otras drogas: el Gonzo. Además escribió
una novela directamente relacionada con los efectos del la bebida The Rum Diary. Thompson alguna vez dijo “No recomiendo el abuso del alcohol, de las drogas, o la locura pero en mi caso han funcionado.”
Truman Capote
“Soy alcóholico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio”. Esto dijo el autor de In Cold Blood
quien acostumbraba mezclar fármacos con alcohol, al punto de tener un
ataque psicodélico a sus 55 años. Según sus médicos, descubrieron que el
cerebro de Capote literalmente se encogió por el alto nivel de
intoxicación.
Truman Capote murió en 1984 por problemas hepáticos.
Malcolm Lowry
El alcohol y la literatura eran dos de la pasiones de Lowry. El autor de Under the Volcano empezó a beber a los 14 años.
En
1936 Lowry se internó voluntariamente en un hospital psiquiátrico en
Nueva York y momentos después de registrar su entrada, tuvo colapso
causado por alcohol.
Uno de sus periodos más alchólicos ocurrió mientras vivió en Oaxaca, México, de donde fue deportado en 1938.
Jack Kerouac
Era de los que decían “Soy católico. No puedo cometer
suicidio, pero planeo beber hasta matarme” y así fue, Kerouac tenía 47
años cuando tuvo una hemorragia interna, resultado de su alcoholismo.
F. Scott Fitzgerald
Fitzgerlad describió la
naturaleza progresiva de la enfermedad que acabó con él, el alcoholismo:
“Primero tomas un trago, luego el trago toma otro trago, luego el trago
te toma a ti.”
Fitzgerald, a diferencia de otros autores
determinados a mantener cerca la botella, intentó dejar el alcohol
varias veces, y lo logró por un periodo largo de tiempo pero su cuerpo
nunca se recuperó del daño y murió de un ataque al corazón a los 44
años.
Dorothy Parker
Parker vio el cadáver de Scott Fitzgerald y dijo una cita de The Great Gatsby:
“El pobre hijo de puta”. Pese a que Parker vivía como su amigo
Fitzgerald, ella fue más longeva, murió hasta los 74 años. Parker
escribió varios versos para su musa, el alcohol: “I like to have a
martini,/Two at the very most./After three I’m under the table,/after
four I’m under my host.”
Tennessee Williams
El autor de A Streetcar Named Desire
era asiduo bebedor del Gin Fizz, el clásico cocktail de Nueva Orleans
que contiene ginebra, jugo de limón, jugo de lima, sirope, clara de
huevo, flor de naranjo, agua y crema. No sólo era alcohólico, también le
gustaban las anfetaminas y los barbitúricos.
Inicialmente se creyó
que Williams había muerto ahogado con la tapa de una medicina que
encontraron en la garganta de su cadáver pero una autopsia mostró que
murió de sobredosis de alcohol y drogas.
Raymond Chandler
El maestro de la novela negra, autor de The Big Sleep,
era conocido por lograr sus mejores obras bajo el efecto del alcohol:
“Empiezo tomando vino blanco y me sigo con dos botellas de whiskey al
día. Luego dejo de comer. Después de 4 o 5 días así me enfermo y tengo
que dejar de beber porque no puedo sostener ni un vaso con agua”.
Chandler
logró dejar el alcohol por un tiempo pero cuando murió su esposa Cissy
Pascal, se entregó por completo al alcoholismo, y en 1955 se suicidó.
“El olor de la muerte se queda en el aire, como el de las papas fritas”, escribió alguna vez...
Anne Sexton.
Sexton
se suicidó tomando licor con tranquilizantes, encerrada en su garage
con el auto encendido. Alguna vez dijo que Sylvia Plath había robado su
forma de muerte ideal.
Bernardo Couto Castillo
Bernardo Couto Castillo fue un escritor que perteneció a una de las épocas doradas de la literatura mexicana: el Modernismo.
Como
buen literato decadentista, sus creaciones fueron oscuras e inundadas
de spleen y su vida fue un total desenfreno de alcohol y drogas. Murió a
los 21 años. y la lista sigue...
Es bueno?, malo?, atrayente? desplazado?...Desde Keltium Spirits creemos que un poco de todo como en botica...que el espiritu de los licores es bueno que tomado en exceso es malo para la salud, que es siempre atrayente y en ningún caso debe de ser desplazado de nuestras vidas, mesas, reuniones, celebraciones...eso sí, lo que tenemos claro y en eso aprobamos la frase tan acertada es que si bebe...BEBA CON MODERACIÓN.